Y dice la Pelaya

«Ahora, nuestra nevera la custodia Pocoyó. Problemas con la goma de la puerta han hecho que tengamos que pedirle que nos eche una mano. Todo un acierto porque, no hay más que verle, ganas le pone. A Malen no le ha gustado tanto la idea; a la menor oportunidad lo agarra para llevárselo. Al igual que muchas otras personas, aún no es consciente de que la gente valemos para más cosas de las que pensamos. Sólo que ella sólo tiene 13 meses y esas personas de las que te hablo…alguno más.

Creo, llámame tonta que (entre otras cosas) todos y digo TODOS y TODAS tenemos dos cosas; talentos e ilusiones  . Algunos talentos, los jodidos de ellos, están bien escondidos pero  «haberlos haylos».  Habrá que buscarlos. Pero que a mi nadie me diga que no sirve para nada porque no me lo creo. Todos sabemos hacer cosas rutinarias. No me refiero a eso. Hablo de algo especial y diferente. Ya sabes, cosas como contar historias, hacer manualidades, bailar, cantar, hablar en público, arreglar cosas, hacer reír,  crear, pintar y mil cosas más. «Cosas» que tiene gran valor y utilidad en la sociedad. Si no has encontrado tu talento date vida porque el tiempo para compartirlo es oro .

En este confinamiento infantial que hemos vivido (y que quién sabe si volverá) Niko y Jon han tenido una cerdo imaginario. Bueno, un «txon» como dicen ellos. Todas las mañana y todas las tardes preparaban afanosamente su comida. En un balde azul elaboraban un suculento manjar a base de hojas y raices de plantas varias con agua. Todo bien revuelto; ya sabes, con los bracitos bien metidos en agua. Luego, se lo daban al susodicho. Niko andaba un poco mosqueado porque nunca veía al txon pero como Jon actuaba con normalidad él también lo hacía. He de hacer una puntualización; el txon no es txon, es txona. Se llama Ramona y creo que en breve va a tener cerditos y cerditas (los veterinarios han confirmado que en torno a 10 crías). Y así, felices los cuatro (buenos los tres). Jon ha vuelto al cole y Niko se ha quedado al cuidado.

Y, a parte de lo maravillosa que es la inocencia infantil,  ¿ qué te quiero contar con esto?. Pues, sencillamente que recuerdes que tú y yo tenemos sueños e ilusiones. No sé si a tí también te ilusiona tener un cerdo pero seguro que alguna otra cosa más tienes en mente. Todos tenemos deseos, objetivos y sueños. Y, como al cerdito, hay que alimentarlos porque en cualquier momento se pueden convertir en una realidad. Ser más feliz con uno mismo, mejorar las relaciones con los demás, conseguir un trabajo, aumentar los ingresos, mejorar la salud, montar tu propio negocio, aprobar una oposición, saber disfrutar del momento, conocer a más gente, enamorarte, solucionar algún conflicto, reirte más…Todo puede suceder pero para ello es fundamental alimentarnos con buenas ideas y alimentar al entorno con acciones constructivas.  O, lo que es lo mismo; sin jodernos la vida a nosotros mismos y sin jodersela a los demás (igual así me has entendido mejor).

Pues nada, que son las 7:10 de la mañana y tengo mucho lío por delante . Que tengas un buen dia. Que seas lo más feliz que puedas y que hagas un poquito más feliz a los demás. Si ves que no puedes, con tal de que no jodas a los demás, suficiente. Ya habrás puesto tu granito de arena.

A la espera del futuro alumbramiento me despido. Espero que Ramona tenga una horita corta (que dirián las abuelas).

Y, como dice la otra, recuerda que #lallaveerestú#.