Tengo mucha suerte, o como se llame. A mi alrededor pulula gente buena con buenas intenciones. Mi entorno personal y profesional rebosa seres interesante con diferentes formas de percibir y afrontar la vida. Nada que ver unas personas con otras pero todas ellas tienen mi cariño y admiración porque de tod@s se aprende.
Estarás pensando que no todo será tan maravilloso; así es, también hay cuestiones menos positivas. Hay situaciones, personas y problemas no tan positivos. A las situaciones y los problemas procuro aceptarlos y, si puedo, resolverlos. A las personas no tan positivas les presto mi atención para saber lo que NO QUIERO y con quien no quiero compartir mi tiempo. Les presto el tiempo necesario para replantearme si estoy equivocada o no y, sobre todo, para empatizar con ellas.
Me ha costado muchos años emprender este camino; conciliar mi mala ostia con la el equilibrio y armonía con mi entorno no ha sido fácil pero sí ha sido relevante en mi vida.No quiero prescindir de mi carácter pero quiero tenerlo de mi lado; no quiero que maneje mi vida, para eso estoy yo.
He descubierto que la mejor forma de ser feliz es conocerse y aceptarse. A partir de ahí es cuando se puede mejorar y avanzar. Hay días difíciles, no porque hay pasado algo, sino porque no sabemos gestionarnos o no sabemos aceptarnos. Es como darse cabezazos contra la pared; no sirve nada más que para hacernos daño.
Después de varios años de profesión y observación he podido comprobar como en el fondo TODOS adolecemos de los mismo sólo que cada persona lo manifiesta y actúa de forma diferente. Nuestras conductas nos acaban representando; nos duele lo mismo pero unos pegan golpes, otros se quejan y otros se callan. La clave está en encontrar una forma positiva de comunicarnos; conducta asertivas que nos permitan desahogarnos y hacernos entender sin hacernos y hacer daño.
No sé por qué le tenemos tanto miedo a expresar cómo verdaderamente nos sentimos ni tampoco sé por qué somos tan críticos con aquellos que hacen y dicen lo que nos gustaría hacer o decir a nosotros.
Bueno, sí lo sé; el miedo tiene mucho que ver. Miedo a no ser aceptado ni querido, miedo a equivocarnos, miedo a estar en boca de los demás, miedo a no ser valorado, miedo a…
Buena semana, fuera miedos.