Un poquito de inteligencia emocional

A estas alturas, seguramente estarás cansad@ de escuchar hablar acerca  de la inteligencia emocional. Parece algo rato, ajeno a la vida real, un concepto abstracto que se ha puesto de moda. Pues no, nada de eso.

Es posible que en los últimos años sean más las personas, entidades y empresas que estén más sensibilizadas con este concepto pero lo cierto es que  las emociones han estado, están y estarán siempre presentes en nuestra vida. Da igual si eres chico  o chica, dónde vives, cuál es el color de tu piel, tus gustos, tus opiniones, tu cuenta bancaria, tus conocimientos; da igual todo porque seas quien seas has de saber que sí o sí tienes emociones y son ellas las que hacen que actúes de una manera u otra en tu vida. Ahí es nada.

Las emociones son respuesta a estímulos. Todo cuento nos rodea lo percibimos a través de los sentidos y nuestra mente  reacciona al  entorno a través de las emociones. Nuestros pensamientos, sueños y recuerdos también nos generan emociones.

Cuando somos conscientes de una emoción, o lo que es lo mismo, nos damos cuenta de ella y le ponemos nombre ya estamos hablando de sentimientos y cuando los sentimientos duran más tiempo se transforman en estados de ánimo.

Las emociones no son buenas ni malas; son necesarias para la vida, la supervivencia y la superación.

Verás, no hay decisión sin emoción así que atent@ a tus emociones porque son ellas las que mandan en tus decisiones y por lo tanto, en tus actos.

Hay cientos y cientos de emociones tipificadas; alegría, miedo, sorpresa, preocupación, envidia, satisfacción, gratitud, etc.

Me fascina indagar en el mundo de la inteligencia emocional y para ello no me queda otra que observarme y analizarme como nadie. Para trabajar la inteligencia emocional es importante conocerse y eso, en muchas ocasiones divierte, en otras sorprende o enfada y en muchas, muchas ocasiones duele.

La gente, las personas parecemos una cosa pero en muchas ocasiones somos otra; nos creamos una imagen social que no siempre corresponde con la realidad. Durante un tiempo nos autoengañamos porque pensamos que fingiendo ser y estar de una manera damos la imagen que queremos dar y eso es suficiente para estar bien. Pero nadie puede huir de sí mismo y tarde o temprano el cuerpo y la mente nos dan toques de atención. Y es aquí donde aparecen estados de ánimo que poco nos ayudan a estar bien, las paranoias, las mentiras, las falsas expectativas, los malos entendidos, las desconfianzas, la depresión, los nervios y un largo etcétera que si se alargan en el tiempo generan importantes heridas en nosotros mismos y en las personas que nos rodeas.

Los ambulatorios médicos están llenos de personas con heridas emocionales que buscan aliviar dolores que la inteligencia emocional habrían ayudado a prevenir, eliminar o mitigar. Nadie nos lo enseña, parece más importante aprender a sumar.

Al mundo de la inteligencia emocional llegué gracias a mi «MALA HOS—» ; ella ha sido mi maestra. Gracias a mis enfados e incluso ataques de ira he podido comprobar cómo las emociones afectan a nuestra vida, a nuestro entorno y las relaciones personales y profesionales. Ya te iré contando mi andadura pero de momento me gustaría compartir contigo la idea de que si nos nos conocemos a nosotros mismos es muy difícil que lleguemos a ser verdaderamente felices porque este autoconocimiento es la base de la mejora personal y de la generación de relaciones sanas con el entorno.

Desarrollar la inteligencia emocional no significa ni ser perfect@, ni buscarlo ni estar siempre feliz. No te confundas, la inteligencia emocional es una carrera de fondo que requiere de pico y pala pero que da muchas satisfacciones. Se trata de conocernos, querernos y mejorarnos respetando nuestra esencia y siendo los que «mandamos» sobre nosotros, nuestros comportamientos y nuestra vida.

La mala hos…, como cualquier otra aspecto no tan agradable puede traernos cosas muy buenas pero para saber verlo y transformarnos es importante QUERER hacerlo mejor.

En el próximo post te hablaré de cómo descubrí mi mala hos… y cómo afectaba a mi entorno.

Recuerda: La inteligencia emocional es la capacidad de conocernos  y «manejarnos»adecuadamente, de automotivarnos , de conocer a los demás y generar relaciones sanas y positivas con el entorno.

¿Quieres saber más sobre la inteligencia emocional y cómo la vivo yo? Pues sólo tienes que decírmelo.

Un abrazo.

#nohaydecisionsinemocion#

#lallaveerestu#

Ana.