Aunque a veces ya no sabemos en qué día vivimos los días van pasando y rápido. Con este confinamiento puede pasar como con los niños; una hora puede parecer eterna y un año se va en un abrir y cerrar de ojos. Ironías del tiempo y caprichos de la percepción.
Y en este mundo paralelo que cada uno crea al calor de cuatro paredes pueden pasar cosas tan dispares como algunas de las que te cuento.
- Preguntes cien veces qué día es y qué hora como si tuvieses prisa. Ah, a lo mejor lo preguntas porque te has hecho un planing de esos que se tarda más en hacer que en saltárselo. No te preocupes, la planificación es un mal necesario y hasta los expertos saben que se planifica dando por supuesto incumplimientos pero que es necesario para refrescar a nuestro cerebro, ayudarle a identificar tareas por hacer y formas de abordarlas.
- No sé si te ha pasado alguna vez. Un grupo de personas que van a comer juntas; por los motivos que sea parece que no hay mucha comida. Al final acaba sobrando comida. En otras ocasiones tenemos la percepción de que hay mucha comida, demasiada y ….no sobra nada!!!! Más allá del grado de glotonería del personal, ¿Qué crees que ha podido pasar? Cuando hay poca comida te haces a la idea de que vas a comer menos y así lo haces; te dosificas pensando en los demás. Nadie quiere ser el que más coma o incluso el que acabe la comida. Eso pasa en muchos aspectos de nuestra vida en general; nos hemos creído que el mundo era un festín constante el que había que comer y beber más de lo que necesitábamos sin pensar demasiado en los demás. Día tras día hemos salido de casa para buscar más, para tener más, para parecer más y el festín se ha acabado. Y sí, también hemos dado pero….hemos dado lo que nos sobraba NO HEMOS COMPARTIDO. Y ahora, en casa (bien cargaditos de papel higiénico, las mejores teles, los sofás más confortables, la comida más rica) nos damos cuenta de que nada de todo esto es necesario en esas cantidades. Que nos sobran cosas y nos falta bienestar emocional. Que nos sobran proyectos y nos falta ilusión de la de verdad, que nos sobran pensamientos y nos faltan decisiones, que es más doloroso que nos falte la salud a que nos falten las vacaciones (aunque haya quien aún no se haya dado cuenta). ¿Qué te sobra? y ¿Qué te falta?. No sabemos qué va a pasar pero dentro de lo que pase nosotros tenemos mucho qué decir y debemos intervenir para que sea lo mejor para todos.
- Todas las horas del mundo para hacer lo que quieras (o para negociar con tus hijos); poco urgente aunque mucho importante. Y se acaba el día y no has llamado a quien quieres llamar y no has felicitado a tu querida amiga Esti. No tengo excusa, menos mal que soy de las de San Queremos y me permito felicitar cualquier día (como hoy, zorionak Esti!!!).
- ¿Cómo puede ser? Pues puede ser que al cabo del día pases de un estado emocional a otro a la velocidad de la luz. Puedes estar pensando que el mundo es una mierda y un segundo después aplaudir y agradecer que tantas personas sean tan generosas; puedes tener una ganas tremendas de dinamitar las redes sociales cargando contra los que consideras «terroristas de la red» mientras le están dando un like a una acción o información que consideras positiva. Así somos los seres humanos, intensos (y más en estados de alarma).
- Puedes estar comiendo todo lo que te apetece porque el pijama o el chándal o la malla elástica todo lo soportan y visionar bien sentado en el sofá rutinas de ejercicios. Simplemente, te estás planificando para el lunes o para cuando todo esto pase.
- Puedes estar quejándote de cómo es la gente mientras sales a comprar las galletas que se te habían olvidado en las dos salidas anteriores. O, como le ocurre a un ‘amigo’ que me estoy echando que mientras saca al perro da lecciones al resto de paseantes sobre el confinamiento y sus bondades. El profe, necesita al menos una hora de clase para hacer su contribución social. Ni el mandala que estuve pintando ayer fue suficiente suavizar mi perplejidad y enfado…Se lo dije un día pero el profe creo que no se sabe la lección.
Y así van pasando los días; entre incertidumbres reales y creadas, ajenas y propias, necesarias e innecesarias. Nos quedan varios días por delante, días que (sin asegurarlo mucho) es posible que no volvamos a vivir. Saquemos lo mejor que podamos de ellos y démosle sentido a lo que parece un sinsentido.
Feliz domingo, gracias a todos.