«¿Conoces a alguien que siempre le echa mayonesa, ketchup o tomate a todo o casi todo lo que come?. Seguro que sí. Otra versión de esta tendencia está en los que les gusta echar salsa a todo aquello de lo que no se fían y se van a comer…
Sea lo que sea, siempre tiene sabor a algo que no es exactamente lo que se está comiendo.
Pues lo mismo pasa con las emociones. Hay personas que tienen la «capacidad» de darle aroma emocional a la mayor parte de cosas que hacen o dicen.
Aquellas personas que le dan aroma de alegría, tranquilidad, esperanza, ilusión o calma consiguen que su presencia sea reconfortante en cualquier situación. Un contratiempo, una mala noticia o un problema no deja de serlo pero, a su lado, todo parece y resulta más llevadero y cercano a la solución. Y, a su lado, los momentos de alegría se multiplican e intesifican.
Aquellas persona que le dan aroma de tristeza, miedo o ira a su presencia y acción complican un poco las cosas . Los buenos momentos se empañan y rebajan por los aromas de emociones que poco pintan en ese manjar. Seguro que conoces a alguien que tiene tendencia a impregnar de miedo todo lo que hace, que hasta en las fiestas se manifesta desde la ira o que al recibir un elogio pudiera parecer más posible un lloro que un agradecimiento. Parece exagerado pero no lo es. Mecachisenlamar que dirían algunos.
Sentir, disfrutar y aprender de las emociones puras merce la pena. Permitirse sentirse alegría, trsiteza, miedo, ira, asco o desprecio no tiene nada de malo. Otra cosa es no controlar las reacciones que tenemos. Si te pasa algo bueno, si te hacen un halago o si algo te hace reir ríete coño!. Si tienes miedo, siente el miedo y averigua de qué tienes miedo. Si sientes enfado, déjalo salir y utiliza su energía para «por mis narices lo que me pasa lo solucino yo». Y, si sientes tristeza déjala sentir, déjala trabajar y, en cuento tengas un poquito de energía haz cosas que te distraigan y den alegría.
No hay ninguna necesidad de protegernos más de la cuenta. Si se nos va la mano con la protección dejamos de disfrutar e incluso de protegernos de verdad. Bajen ustedes los escudos y dejénse sentir cóño! Que para eso hemos venido. Ya hay y habrá tiempo para los escudos y las salsas que disfracen los sabores. Pero han de ser tiempos limitados, como las ofertas.
No sé qué planes tienes para hoy. No sé cómo se te presenta el día ni cómo te sientes. Seguro que habrá de todo y para todos. Tan seguro como que todo pasa y que, para que pase cuanto antes lo que menos nos gusta, lo mejor es pensar y hacer cosas enfocadas en la solución y NO en el problema. El cerebro a veces nos juega malas pasadas y tiende a que le demos vueltas y vueltas al problema hasta hacerlo mucho más grande o profundo de lo que es. No le dejes. Recuérdale que aquí mandas tú porque #lallaveerestú#.
Que tengas un buen fin de semana. Y que el lunes recuerdades que, al igual que los sábados, #lallavesiguessiendotú#