Sí, en las situaciones difíciles es cuando se nos ven las vergüenzas. Y por vergüenza me refiero a todo aquello que, una vez superado el shock inicial, delata nuestras incoherencias y debilidades.
Estamos muy acostumbrados de hablar de la gente como algo abstracto, alejado de nosotros pero nada de eso. La gente tiene nombre y apellidos y entre la gente estamos cada uno de nosotros. Somos la gente los responsables de gran parte de lo que está sucediendo; por acción o por omisión todos tenemos responsabilidad solidaria sobre cómo estamos llevando este proceso y cómo saldremos de él.
Esta cuarentena indefinida, porque ya es indefinida, requiere algo más que saber cómo pasar el tiempo en casa.
Está bien hacer planes de futuro aunque ya sabes que estos planes son meras guías; el viente marcará la diferencia. Y el viento es libre e impredecible. Cada vez me voy acostumbrando, incluso cada vez me está gustan más, la idea de que somos cambio. Cuando nos acostamos somos diferentes a como nos hemos levantado; las experiencias, las emociones, los pensamientos y nuestras propias células son diferentes y han generado un ser diferente. Y a la gente de nuestro entorno le sucede los mismo; van cambiando. A veces, el cambio es mucho más sensible y es lo que hace que con el paso de tiempo perdamos afinidades con las personas de nuestros entorno y encontremos otras personas con las que compartamos más inquietudes. También puede suceder que las personas vayamos «al mismo ritmo» y nuestra afinidad se fortalezca.
Estos son días compartir mucho tiempo con parejas e hijos. Lo que a priori es una oportunidad para estrechar lazos y compartir experiencias también puede convertirse en momentos estresantes en los que aparezcan los conflictos. En otros casos esta cuarentena puede ser tan esclarecedora como dolorosa porque habrá quien (más de las que creemos) se de cuenta de «cosas» de las que no eran conscientes (o no habían querido ser conscientes). El Coronavirus y sus consecuencias también nos trae luz; darnos cuenta de lo que para nosotros es verdaderamente importante, averiguar sin ningún tipo de filtros cuánto nos gusta nuestra vida y qué cambiaríamos o si nos sienta bien o no comer Conguitos de chocolate….
Y, ahora, viene el ejercicio para hoy.
Escucha y responde. Y tú ¿Qué eres?.