Me pone de los nervios leer tus comentarios

He de reconocer que soy de sangre caliente. Los años y el aprendizaje emocional me han ayudado a bajar la temperatura pero sé que tengo un límite. Mi naturaleza no me lo permite. Por más que me regule internamente siempre tenderé a temperaturas admisibles pero pujantes al alza. Cada vez maniobro con más destreza y  me siento mejor en mi pellejo. Todo un reto. Acepto quemarme de vez en cuando.

Y, en busca de más y más, reto a mi capacidad de empática.

¿Cómo?. Muchas son las fuentes de aprendizaje a las que recurro pero en estos momentos de semiconfinamiento las redes sociales son mis grandes maestras. Facebook o Linkedin son mis inspiradores e instigadoras.

No hay mejores momentos que aquellos que tocan el bolsillo, la salud y las tendencias políticas del personal para aprender a empatizar.

Leo y releo comentarios que me sacan de mis casillas. Comienza el entrenamiento.

Argumentos que, desde mi prisma, son poco menos que una ofensa al ser humano  me revuelven en mi asiento. Qué ganas de responder! Qué ganas de despotricar! Qué ganas de… Me dejo llevar y me siento cual olla express  a punto de estallar. Me dejo estar uno segundos; los suficientes para dejarme ser y analizar mis emociones. Tampoco me distraigo mucho no vaya a ser que se me vaya el tema de las manos.

Y, comienzo a empatizar.

¿Qué puede sentir esta persona para hacer tal comentario?, Si siente así, es comprensible que piense lo que piensa y por tanto que actúe como actúa. No estoy para nada de acuerdo pero soy capaz de empatizar. Empatizar no es simpatizar. Empatizar es conectar. Me siento mejor. Ya no tengo ganas de despotricar. Unas veces comento y, otras,lo dejo estar.  En cualquier caso he conseguido y, lo mío me ha costado, separar las redes de la vida real.  Conozco a gente que me inspira ternura en la calle y saturación en la red. Conozco a gente que en la red me divierte y creo que en la vida real me aburriría. Profesionales discretos en la red con mucho potencial en el cara a cara y al revés.  También están lo que parecen lo que son.

A veces me pregunto, ¿Por qué me hacen una recomendación?, ¿Por interés, porque les ha gustado o por ambas cosas?. También me pregunto, ¿Por qué tiene tantos likes o recomendaciones esa persona?. A veces lo sé pero muchas veces me pierdo.

Gracias a mi sangre caliente, a mi vocación por las personas y a mi trabajo he descubierto que todo esto no es más que un juego, un postureo. La red nos puede definir externamente pero la realidad, la única realidad es que todos reímos y lloramos por el mismo lado. Unas tendencias u otras, perfiles con más o menos seguidores, ideas más o menos seguidas; detrás de todo este escenario sólo hay personas que, en su mayor parte, buscan aliviar o conseguir emociones.  Todos tenemos heridas que sangran y todos tenemos alegrías que salvan.

Las personas sentimos, pensamos y actuamos en base a nuestras percepciones de la realidad. Nuestra realidad se construye o destruye en base a la autoestima, la educación y las experiencias. El sentido analítico y crítico no está muy de moda; el sentido autocrítico ya no es tendencia. ¿Qué queda?. ¿Borregos? Si se elige conscientemente, será un elección tan buena como cualquier otra.

¿Te cuento un secreto? Las redes son un medio y no un fin. Cuidemos de que el medio sea lo más sano posible para que el fin no se vea perjudicado.

Gracias por estar ahí; #lallaveerestú#.

 

 

 

 

 

Hace años que supe del concepto de empatía.