Y dice la Pelaya

» Ya me ha tocado la pedrea. Y, quizás haya más premio. No ha llegado a una semana de colegio ni ya tengo a un hijo confinado. A la espera de la PCR esta famosa, la vida continua. Las emociones se ponen intensas y se contagian a la velocidad de la luz. Grupos de whattsapp empapaditos  de miedo, frustración, enfado y esperanza se apelotonan ante esta nueva realidad. Somos humanos y nos duele sentirnos tan vulnerables como siempre lo hemos sido. Sólo que no lo sabíamos. Y una, que tanto dice y quiere trabajar la inteligencia emocional se esfuerza por encontrar y centrarse más en las soluciones que en los problemas. Me hace sentir mejor.

Y, en mitad de este torbellino de incertidumbre encuentro tantísimas cosas por las que agradecer que joder! no me puedo quejar de nada. Jon me ha dicho que, cuando vayamos a la siguiente vida,  me irá a buscar  (entiendo que me renueva el contrato como madre ), la familia se compromete y demuestra amor (en general y con tres enanos en particular es de agradecer), las amistades animan y te regalan el patinete más molón del mundo (perfecto para que los dos pequeños entren en guerra), la pareja está siempre aquí, en el sofá quiero decir, …es broma.  Siempe está para todo . Y el trabajo me llena . Con este percal no me extraña que el Coronavirus quiera venir a vivir aquí.

Las llamadas del personal sanitario son cercanas, profesionales y dispuestas a responder. Es probable que hayan comentado lo mismo 300 veces pero no lo parece. Siento su sonrisa teléfónica e intuyo su cansancio. Gracias.

No se si me van a confinar, si el lunes podré ir a trabajar, si la enfermedad está cerca…Y, aunque no me da igual, no me voy a quejar. No está en mi zona de control elegir una cosa u otra pero sí lo está el sobrellevar lo mejor que pueda todo lo que tenga que llegar. Eso si, como me vuelvan a confinar con tres niños pequeños en casa y sin actividad laboral preparaos que os voy a saturar de entradas al blog. Bueno, igual no voy a tener mucho tiempo…bueno, no sé.

Sábado a la tarde. En casa. Nada que reprochar. Sólo agradecimiento.

Una vez más #lallaveerestú # »