Y dice la Pelaya

¿Sabes quiénes son Masha y el Oso? Son unos dibujos animados. Masha es una niña con pañuelo en la cabeza que tiene en un sinvivir al oso. Muy entrenidos, no lo dudes.

Pues en mi casa tengo una Masha sin pañuelo pero con ricitos. Un terremoto que madruga. No sé dónde lo han aprendido pero mis tres hijos madrugan, y mucho. El caso es que normalmente la mañana transcurre con «relativa» tranquilidad. Ayer y no no. Os enseñaría una foto de cómo queda la casa pero preferiero que tiréis de imaginación.

El caso es que una pataleta de las gordas de un niño de 3 años, un terromoto quejoso por no haber dormido bien y uno «comonotengotabletymeaburrovoyachincharyjugarconmisheramanos» a las 6:20 de la mañana es todo un reto para mi inteligencia emocional. Para la mía y para la del vecino de abajo. Sin duda, le hacemos pasar por mil emociones cada día. La última vez que hablé con él me contó que algún día le gustaría tener hijos. ¿Seguirá pensando lo mismo? No me atrevo a preguntar.  Niko y Jon le han hecho un dibujo acompañado de una petición de perdón. La hemos dejado debajo de su felpudo. Tal y como están los tiempos no sé si se atreverá a cogerlo. Quizás el título del sobre: «Para mi vecino Daviz» le de alguna pista.

Y, ¿qué te quiero contar con esto?. Además de desahogarme (que nunca bien mal) me gustaría decir que, a pesar de todo, merece la pena. Y es que todo lo bueno, lo bueno de verdad. requiere de algún sacrificio y esfuerzo. Forma parte del camino. La maternidad o paternidad, proyectos profesionales, emprendimientos, superación personal, relaciones personales..Todo ello tiene tanta luz como sombra. Es, lo que es. Aceptar lo que nos agrada y motiva implica aceptar también esfuerzo y sacrificio. Y, aunque hay momentos más o menos fáciles, complejos o duros, merece la pena.

A estas alturas no creo que creas a pies juntillas que la vida es o son sólo  fotos o momentos aislados de Instragram o Facebook. Efectivamente, gusta, recrea e inspiran esas fotos. Siempre es motivador visualizar imágenes que nos agradan e incluso impulsan a empezar, continuar o finalizar algún reto. Pero, la vida es más. Detrás, al lado y delante de esas fotos también hay esfuerzo. Y no me refiero únicamente al esfuerzo que requiere hacer una foto, transmitir  un contenido, seleccionar un estilismo o elegir un escenario. Me referio al esfuerzo emocional de hacer cuando no apetece, de seguir cuando estamos tristes, de insistir aunque no estén los likes deseados, de reafirmarnos ante las críticas, etc.

En las peliculas, en las redes sociales e incluso en la vida cotidiana no se suelen ver esos esfuerzos y superaciones. Pero están. ¿Es bueno que se vean? Puede serlo. Ayuda a no dar una imagen sesgada de la vida ¿Es bueno que la vida también se vea bonita? Por supuesto que sí. Aunque no sea más que porque nos relaja o entretiene siempre viene bien. Pero  además, puede inspirar y motivar a quien en ese momento no se sienta inspirado o motivado.

¿Dónde puede estar el secreto? Quizás en que cuando alguien construye la vida que desea, los sacrificos no son tales. Se perciben como parte del camino. Se sobrellevan mucho mejor porque hay un fin que nos merece la pena.

Que tengas un precioso día. Construye tu propia vida. Protagoniza tu propia historia. Porque #lallaveerestúconacentoenlaú#.