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El fondo de armario de la Inteligencia Emocional

Da igual a lo que te dediques o quieras conseguir. Para evolucionar, siempre hay que hacerlo desde una base; tú.

Como si de un edificio se tratase, la construcción de nuestra vida es mejor hacerla desde los cimientos, desde la persona. Hacerlo así garantiza más probabilidad de éxito, más capacidad de resistencia a la frustración y resiliencia y sobre todo, más habilidades para la superación de obstáculos y consecución de objetivos.

Las emociones son parte de nosotros. Es más fácil despergar un chicle del pelo que despegarnos de nuestras emociones. Por algo será.

Hemos de convertir a las emociones en aliadas para conseguir reto y superar obstáculos. Para ello es importante conocer su idioma.

Identificar la emoción desde la que hablamos  y desde la que  nos habla nuestro compañero de trabajo, nuestro cliente o nuestra jefa nos ayuda a empatizar y hacernos entender mucho mejor. No hacerlo, nos acerca peligrasamente al conflicto destructivo.

Sabemos que las emociones se contagian asi que, especialmente en momentos importantes o complejos, tengamos muy claro desde qué emoción queremos comunicarnos porque será la que contagiemos.

Si nos comunicamos desde cualquier emoción de la cuadrilla de la alegría sabremos que podremos contagiar confianza, seguridad, tranquilidad, alivio, humor…

Si nos comunicamos desde la tristeza contagiaremos tristeza o incluso enfado.

Si nos comunicamos desde la ira contagiaremos ira al cuadrado.

Si nos comunicamos desde el miedo transmitiremos poca credibiliadad y contagiaremos miedo.

Y así sucesivamente.

Podemos contagiar lo que nos de la gana (faltaría más) pero luego, seamos conscientes de las repercusiones y no culpabilicemos exclusivamente  a los demás de las respuestas que obtenemos.

Las emociones no son buenas ni malas, son necesarias. Cómo reaccionamos a lo que sentimos y cómo los transmitimos es la clave para superarnos. Servidora tiene a la ira bien cerquita y poco a poco está sacando lo mejor de ella.

Siempre, #lallaveerestúconacentoenlaú

Y dice La Pelaya: «Dos oidos y una boca; por algo será»

Oro; la escucha activa es oro. Quien aprende a escuchar bien sabe comunicarse mejor. ¿Por qué? Porque sabe recoger toda la información. Y hoy sabemos que si algo está al alza en valor, es la información.

Esta «conversación» ¿te recuerda a algo?

-Solemos decir que estamos escuchando y lo que estamos haciendo es pensar en lo que le vamos a contestar.

-Solemos decir que estamos escuchando y estamos pensando en lo que vamos a comer.

-Soleos decir que sabemos escuchar  y tendemos a interrumpir.

-Solemos decir que estamos escuchando mientras nuestra mente se dispersa en un viaje al más allá. Entre el ir y el venir, es posible que nos hayamos perdido lo más importe.

Y el caso es que ¿cuánto mejoraría nuestra vida personal y profesional si escuchásemos más y mejor?.

Relaciones que se rompen porque una de las partes  siente que no es escuchada.

Proyectos empresariales fracasados porque en algún momento no es escuchó alguna premisa importante.

Recursos materiales y tiempo perdidos por  mala o escucha o  falta de escucha.

Malas relaciones entre compañeros de trabajo por ¿no escuchar?.

Relaciones jerárquicas mal gestionadas porque el jefe o la jefa no sabe escuchar.

Conversaciones «dónde vas manzanas traigo».

Y un largo etcétera el que podemos encontrar.

La escucha activa implica prestar atención, no interrumpir, generar ambiente de confianza para que el otro se pueda expresar con naturalidad y escuchar sabiendo interprestar todo el contexto. ¿A qué me refiero con ésto último? Pues sencillamente a que todos sabemos que muchas veces las palabras no significan exactamente lo que aparentan. Veáse entonces el «Tú verás», «Haz lo que quieras», «Ya hablaremos», «Tenemos que hablar», etc. Debemos ver más allá de las palabras.

La comunicación emocional tiene mucho que ver con la escucha activa.

 

Yo, La Pelaya, me estoy poniendo con el tema porque con lo que me gusta hablar a veces se me olvida escuchar.

Si quieres mejorar tu comunicación emocional, no lo dejes más. Apúntate al reto y supera barreras con La Pelaya. Más información:

Y, si te pasa algo parecido recuerda que #lallaverestúconacentoenlaú