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Y dice La Pelaya

Feliz año nuevo pelayos y pelayas!!!!!

Pues ya está. Ya estamos en 2020. Ya hemos dado la vuelta al sol y vuelta a empezar. Mucha gente quería que el año acabase cuanto antes. Ya lo ha hecho.

Ayer volvió a amanecer y seguramente pasamos el día con la resaca del adiós.

Hoy ha vuelto a amanecer y vemos el día con cara de sábado.

Y, mi pregunta es:

¿Qué pensarás tras el amanecer del lunes?, ¿Y del martes?, ¿Y del miércoles?…

Entiendo perfectamente a quienes tenían muchas ganas de darle una patada en el culo al 2020. Es fácil de comprender. Tan fácil como darse cuanta que de hoy, 2 de enero del 2021, poco ha cambiado por el mero hecho de cambiar de fecha. Y es que, por más que nos pese, gran parte de lo que nos sucede no es cuestión de calendario.

Nuestra vida está construida en base a hechos sobre los que no tenemos capacidad de control pero cimentada en nosotros mismos; nuestros valores, nuestra actitud, nuestra gestión emocional, nuestra resiliencia y capacidad de adaptación.  Y, no hay más vuelta de hoja ni de año que lo cambie.

Ya sabes que no me caracterizo por ser formalmente correcta ni tan siquiera sutil. No suelo usar ese tipo de cortesías para temas de superviviencia y desarrollo personal.  Me parece lo sufientemente importante y urgente espabilar y tomar conciencia de que el 2021 volverá a ser denostado si nosotros no tomamos las riendas de nuestra vida personal, profesional y social.

Por el mero hecho de que sea 2021 no significa que todo esté mejor, ni nosotros seamos mejores, ni los números hayan mejorado, ni nada de nada. Hoy pude ser exactamente igual que ayer y antesdeayer salvo que DE VERDAD nos enteremos de que somos nosotros la llave del cambio y debemos ponernos en acción para que eso ocurra.

Si quieres mejorar personalmente ponte las pilas, conécete y supérate.

Si quieres un ascenso, cambio o mejora profesiona,l asume el reto de que eso suceda y haz lo que sea necesario para hacer de tu objetivo una realidad.

Si quiere que la sociedad cambie, cambia tú.

Y todo ello pasa inevitablemente y sin posibilidad de atajos por APRENDER, CAMBIAR, ERRAR Y SUPERAR. 

¿Que te da pereza?

¿Que tienes miedo?

¿Que no te merece la pena?

¿Que da igual lo que hagas porque las cosas son como son?

Tú verás. Dale una vuelta al tema y si sigues pensando lo mismo échate a un lado y deja que el resto lo haga. Pero no seas problema para ello.

Que tienes tantas dudas como ganas, pues SALTA y date la oportunidad de ser más feliz.  De hecho no hay mejor fórmula para la evolución social; si todo el mundo es un poco más féliz no va a tener ganas de hacer daño a los demás.

Date la oportunidad de crecer, de ser tu mejor versión, de vivir y no sólo existir, de equivocarte y reír, de ser tu propia llave y de ser llave para los demás.

Honremos a la vida, a los que no pudieron o no pueden, a los que nos necesitan y a los que necesitamos. Honrémonos y demos sentido a lo que somos y hacemos.

Y aquí La Pelaya está inmersa en numerosos proyectos. Y no, no soy una super ejecutiva que maneja cuentas de ceros incalculables pero al final y al cabo son MIS proyectos. Esos que pueden cambiar mi vida y quien sabe si la vida de los demás. De momento te contaré algún proyecto para hoy:

  • Sonreír más.
  • Quejarme menos.
  • Poner lavadora.
  • Escribir este post.
  • Planificar ( a groso modo) el final de una formación del lunes.
  • «Limpiar» el ordenador.
  • «Rezar» por los peluqueros que van a osar cortar el pelo a mis hijos.
  • Decirle a mis padres que les quiero.
  • Vaguear

UpsssNo sé si me dará tiempo a todo. Tengo a mi tribu en casa conmigo y, por la cuenta que me trae, requiere atención. Igual rezo mientras pongo la lavadora, no me quejo mientras limpio el ordenador y sonrío mientras escribo este post. Y, el sentido del humor (ya sabes, el de la cuadrilla de la alegría) que no falte.

¿Qué harás tú en 2021?

¿Qué harás tú hoy?

Hagas lo que hagas recuerda que #lallaveerestúconacentoenlaú

Se os quiere y todo.

 

 

Y dice La Pelaya; quiero ser como el hermano de Sofía

El padre de Sofía vino a España cuando su hija tuvo un niño con discapacidad. Lo dejó todo para ayudarla. Trajo a su hijo pequeño. Los inicios fueron muy duros, me dijo. Estaban todos juntos en una habitación. Su hermano era muy pequeño. Tenían un vieja televisión en la que sólo se veía la ETB1. Sólo hablaban en euskera.

Y pasó el tiempo. Su hermano ahora tiene 11 años y ha recibido varios premios; habla y escribe tan bien en eukera que el colegio al que va expone con orgullo los trofeos con estrellas que su alumno de piel tostadita ha recibido.

Todo ello me lo cuenta con orgullo y esperanza. Ha comprobado como todo puede suceder.

Su hermano es un ejemplo de cómo convertir un obstáculo en una fortaleza, le dije. Sonrió orgullosa. Seguramente pensaba en sus propios hijos y por qué no, en ella. Estábamos entrenando habilidades para la a tención al cliente. Tiene ganas de salir adelante y demostrar lo que quiere y sabe hacer.

Superarnos en la vida sólo depende de nosotros. No podemos elegir  mucho de lo que nos sucede. Tampoco podemos evitar sentirnos mejor o peor por ello. Lo que sí está en nuestra capacidad de control  es escuchar el mensaje de las emociones y transformar su energía en superación. Quizás no te hayas dado cuenta pero es lo que haces casi todos los días; continuar.

Ahora lo que toca es avanzar con firmeza, ilusión, motivación y sobre todo, cuidando mucho la gestión de nuestras emociones. De ello dependen los resultados.

En breve nos despediremos del 2020. Año duro, estoy de acuerdo. Pero, si alguien osa finalizar el año sin hacer balance del aprendizaje recibido que no se queje de lo que le puede volver a suceder. Este año está siendo tan duro como didáctico. Y, aunque servidora, no es partidaria de la «letra con sangre entra» creo firmemente que este año no sólo nos ha enseñado lo que es Covid. Hay mucho más detrás del virus y del confinamiento.

Mientras te estoy escribiendo tengo a un hijo chinchando a otro. Si no tienen tablet o Play tienden a comportarse como cachorritos que hacen temblar al sofá. Mientras tanto su hermana pequeña revolotea por el salón cual huracán Paquito; ni me atrevo a hacer foto. En fin, veremos cómo se desarrolla la mañana.

Desde el foco del huracán, despido la transmisión deseándome y deseándote la paz exterior y sobre todo, la paz interior. Creo que, especialmente,  esta mañana la voy a necesitar.

Y, desde el caos de mis salón sigo diciendo y pensando que

#lallaveerestúconacentoenlaú

 

#lallaveemocional

#formación

#inteligenciaemocional

#superación

#2020aprendodetí

 

 

 

Y dice La Pelaya que quería ser presentadora de televisión

Íbamos paseando. Compartir una torta de pan de aceite es uno de nuestros placeres favoritos.

-De pequeña ¿Qué querías ser?- me preguntó Jon.

-Pues, muchas cosas- le dije. -Por ejemplo, presentadora de televisión-.

-Pues no lo has conseguido- me contestó con tono de reproche.

-Lo sé, pero también quería «ser» algo en lo que pudiese ayudar y enseñar y mira, eso lo he conseguido-, dije. Asintió con la cabeza.

-Y tú Jon, ¿qué quieres ser de mayor?- Le pregunté.

-Yo ganadero- (como el tío) contestó con energía.

Lo tengo claro y no voy a cambiar de opinión-. Sonreí.

Prefiero los pueblos a las ciudades y me gustan los animales-.

Pasar los festivos y veranos en una granja es lo que tiene, que engancha. Cada vez que habla por teléfono con los abuelos les pregunta » ¿Ha parido alguna vaca?».

Hace tres años alguien le dijo al final del verano que en septiembre debía volver al cole a lo que respondió que eso no podía ser porque tenía mucho trabajo por hacer; debía abonar los prados.

-Ya sabes que es una profesional muy sacrificada. Se trabaja todo los días del años así que no podrías irte de vacaciones-. Le dije.

-Ya lo tengo todo pensado-. Contestó.

-Voy a montar la granja con mi primos. Ya me han dicho que quieren hacerlo-.

Y ¿Qué le voy a decir yo? Que haga aquello que desee hacer pero que lo haga con ganas y cariño.  Lo importante es que sea feliz en su día a día.

Porque, por propia experiencia, no hay nada igual.

Y tú ¿qué quieres ser de mayor? La Pelaya te dice lo mismo que le dice a quien más quiere del mundo; hagas lo que hagas sé feliz.

Y no, no me valen pensamientos  ni excusas como:

» A estas alturas de la vida poco se puede elegir».

» La vida es lo que es y poco puedo hacer».

» No me gusta mi trabajo pero me tengo que aguantar»

» Lo intentaré»

A cualquier altura de la vida se pueden hacer cosas para mejorarla. En cualquier momento podemos ser mejores tanto a nivel personal como profesional. En cualquier trabajo se pueden encontrar grietas positivas a las que agarrarse y dejar entrar la luz.  La clave está en elegir conscientemente MEJORAR.

En la vida, hay dos llaves maestras que nos abren las puertas de la mejora: La Comunicación y la Inteligencia Emocional. 

Y, por ello te lanzo  esta propuesta  formativa para el desarrollo de tu comunicación emocional que podrás  encontrar en mi página web www.lallaveemocional.com

 

¿Quieres comunicarte  mejor tanto en tu entorno personal como profesional?

¿Harás entrevistas de trabajo próximamente?

En tu trabajo, ¿has de hacer presentaciones?

¿Te dedicas a dar conferencias o hacer exposiciones?

¿Eres formador, consultor o coach?

¿Quieres vender tu producto o servicio?

¿Eres emprendedor?

¿Quieres ser ganadero?

En estos casos y muchos más necesitas entrenar tu comunicación emocional.

 

Echa un vistazo:

 

No le des más vueltas y salta. Hazte el regalo de prosperar. Regala prosperidad.

Fórmate con La Pelaya.

Porque siempre,

#lallaveeretúconacentoenlaú

 

Como no lo veo, no existe

¿Quien no quiere evolucionar? Supongo que casi todo el mundo desea avanzar.

Con la Navidad, el fin de año y el inicio del 2021 toca itv vital. Quien más quien menos siempre revisamos aspectos generales de nuestra vida tanto personal como profesional.

Y ahí es donde llegan los objetivos; lo que nos gustaría conseguir a lo largo de los 365 días venideros.

Hay quien quiere mejorar profesionalmente; para ello, algo habrá que hacer, ¿no?

Hay quien con quedarse como está se da por satisfecho; para mantenerse también hay que trabajar.

Hay quien desea no empeorar; el cambio hacia lo negativo sólo puede evitarse o reducirse actuando.

El caso es que la acción se presenta como un recurso esencial para conseguir nuestros objetivos.

Por supuesto, la acción debe ser consciente y controlada. Actuar al «turun tun tun» es una opción tan arriesgada como imprevisible.

Después de varios años de trayectoria profesional  formando y acompañando a muchas personas en su desarrollo personal y profesional y, cómo no, de recorrido personal, me he dado cuenta de que todo objetivo, sin excepción, precisa de dos recursos clave para su consecución.

La Comunicación.

Saber qué decir y cómo decir nos allana el camino. No sacer decir ni cómo decir impide conectar, avanzar y,sobre todo, confiar.

La Gestión emocional.

Las emociones nos «chivan» el estado de nuestro proceso hacia el objetivo. Hacerlas caso y gestionarlas adecuadamente es como tener la mitad del número del Gordo de la lotería. De lo contrario, será otro gordo el que te pueda tocar. Todo esto me lo ha enseñado mi mala h.

A partir de ahí, el resto de recursos irán  tomando protagonismo. Pero, sin habilidades comunicativas y con escasa gestión emocional poco recorrido vamos a avanzar.

Y, ¿qué puede pasar? Que no te hayas percatado que necesitas mejorar estas dos habilidades. A veces, nos pasa como a los coches; tenemos algun ángulo muerto que nos impide darnos cuenta de lo que de verdad está ocurriendo y vivimos en la ignorancia de no saber qué necesitamos mejorar. El caso es que de repente queremos adelantar y piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii; el coche de atrás nos pega un buen repaso porque no hemos sabido mirar. A veces nos libramos del golpe y, otras veces, no.

Y tú, ¿Estás de acuerdo?

Echa un vistazo:

Buen día para tí también.

#lallaveerestúconacentoenlaú

Y dice La Pelaya: «Dos oidos y una boca; por algo será»

Oro; la escucha activa es oro. Quien aprende a escuchar bien sabe comunicarse mejor. ¿Por qué? Porque sabe recoger toda la información. Y hoy sabemos que si algo está al alza en valor, es la información.

Esta «conversación» ¿te recuerda a algo?

-Solemos decir que estamos escuchando y lo que estamos haciendo es pensar en lo que le vamos a contestar.

-Solemos decir que estamos escuchando y estamos pensando en lo que vamos a comer.

-Soleos decir que sabemos escuchar  y tendemos a interrumpir.

-Solemos decir que estamos escuchando mientras nuestra mente se dispersa en un viaje al más allá. Entre el ir y el venir, es posible que nos hayamos perdido lo más importe.

Y el caso es que ¿cuánto mejoraría nuestra vida personal y profesional si escuchásemos más y mejor?.

Relaciones que se rompen porque una de las partes  siente que no es escuchada.

Proyectos empresariales fracasados porque en algún momento no es escuchó alguna premisa importante.

Recursos materiales y tiempo perdidos por  mala o escucha o  falta de escucha.

Malas relaciones entre compañeros de trabajo por ¿no escuchar?.

Relaciones jerárquicas mal gestionadas porque el jefe o la jefa no sabe escuchar.

Conversaciones «dónde vas manzanas traigo».

Y un largo etcétera el que podemos encontrar.

La escucha activa implica prestar atención, no interrumpir, generar ambiente de confianza para que el otro se pueda expresar con naturalidad y escuchar sabiendo interprestar todo el contexto. ¿A qué me refiero con ésto último? Pues sencillamente a que todos sabemos que muchas veces las palabras no significan exactamente lo que aparentan. Veáse entonces el «Tú verás», «Haz lo que quieras», «Ya hablaremos», «Tenemos que hablar», etc. Debemos ver más allá de las palabras.

La comunicación emocional tiene mucho que ver con la escucha activa.

 

Yo, La Pelaya, me estoy poniendo con el tema porque con lo que me gusta hablar a veces se me olvida escuchar.

Si quieres mejorar tu comunicación emocional, no lo dejes más. Apúntate al reto y supera barreras con La Pelaya. Más información:

Y, si te pasa algo parecido recuerda que #lallaverestúconacentoenlaú

 

 

La Pelaya te habla de la LL

Hola! ¿Cómo estás?, ¿Quieres saltar? Ya sabes a lo que me refiero. Quizás lleves tiempo con un necesidad interior de hacer cambios personales y/o profesionales. A eso le llamo saltar. Cruzar de un sitio actual a otro deseado; cambiar.

Es probable que tengas un proyecto en la cabeza, un deseo o una inquietud que poner en marcha. Y no sabes cómo empezar. Te diré cómo. Bueno, el Método LLave lo hará.

Hoy te presento a la LL. La LL te invita, sugiere e incluso te pide que TE LLAMES POR TU NOMBRE. No es broma. LLamarte por tu nombre no se refiere a dar tus datos personales. LLamarte por tu nombre hace referencia a lo siguiente:

  • Amigo/a mía, si alguien de verdad quiere saltar con mayores garantías de éxito ha de conococerse a sí mismo personal y profesionalmente. Muchas personas creen que se conocen pero luego se sorprenden con el feedback que les dan los demás. Algo no encaja.
  • LLamarse por el nombre implica conocer fortalezas y áreas de mejora REALES; cuanto más concretas sean, mucho mejor. Por lo tanto, cuando nos llamamos por el nombre lo hacemos basándonos en el presente y en la subjetividad más objetiva que podemos. Eso nos ayudará a evitar llamarnos por el nombre que nos gustaría tener. Esto suele ser bastante común, ¿no crees?.
  • Con respecto al salto que deseas dar, ¿tiendes a rodearte de personas fuga o tiendes a rodearte de personas fuelle?. Como podrás intuir las personas fuga son aquellas que perciben el mundo y sus posibilidades desde una perspectiva determinista; «Soy lo que soy y llego hasta donde llego», «El mundo es así,  qué le vamos a hacer», «El éxito sólo es para unos pocos entre lo cuáles ni estás tú ni estoy yo». ¡Qué bien suena, eh! Las personas fuelle nos motivan a superarnos, a evolucionar. Creen que la vida se puede construir y merece la pena el esfuerzo. El éxito no es asunto de unos pocos; el éxito también puede ser tu presente y tu futuro. Las personas fuelle son conscientes de las limitaciones y obstáculos pero también de las posibilidades de mejora. Estar cerca de ellas es toda inspiración; hasta cuando nos dan «collejas».
  • ¿EN QUÉ ERES LLAVE?, ¿Cuál es tu aportación de valor?. Si quieres dar el salto y aún no lo sabes esa ha de ser tu prioridad. Todos somos llave en algo. La clave está en saber en qué, querer ejercer de llave y trabajar para mantener en óptimo estado esa llave. Escribir sobre ello ayuda. Preguntar al entorno en qué eres llave, también.

Todo aquel profesional que quiera dar una propuesta de valor al mundo ha de saber e interiorirzar (creérselo) en qué es llave para los demás.  De lo contrario, pocas puertas abrirá.

Sí, lo se. Este es un resumen muy resumido de la LL del Método LLave. Si quieres saber más o hacer alguna consulta personas sobre ello sólo has de escribirme a ana@lallaveemocional.com.

Mañana seguiremos con la A. Te va a interesar.

Y recuerda que, pase lo que pase, #lallaverestúconacentoenlaú.