Etiqueta: #superación#

Mi gran maestra: mi mala h…..

Hola, ¿cómo estás? Al habla Ana La Pelaya. Soy formadora, facilitadora y mentora. Todo eso y mucho más. Realmente, soy una persona (eso sí) que desde unos cuantos años dedico mi energía y tiempo a ayudar a los demás a conseguir sus objetivos; empleo, aprendizaje, gestión emocional y comunicación.

Me especialicé en el ámbito de la comunicación y de la inteligencia emocional. La comunicación siempre me gustó; fue por vocación. La inteligencia emocional llegó a mi vida más por necesidad que por vocación. Al principio me parecía que era una especie de cuento chino utópico que se había puesto de moda. Fue hace mucho tiempo…todos tenemos pasado…

El caso es que de mi necesidad he hecho mi profesión en los últimos diez años y oye, cada día soy más feliz por ello.

Lo primero que tuve que hacer para avanzar fue conocerme, aceptarme y mejorar. Lo que se escribe en una frase tarda años en rotularse. El caso es que me puse a ello por la cuenta que me traía.

Y cuando comencé a aceptarme la redescubrí a ella. A mi gran maestra.

Ya nos conocíamos sí, pero de otra manera. Ella me las hacía pasar canutas porque me metía en líos de todo tipo y con todo el mundo (incluida conmigo misma). Yo creía que era ella pero era yo.

No te vayas a pensar que yo era mala persona o no tenía habilidades ni recursos. No, era y soy una persona normal con mis virtudes y defectos pero cuando ella aparecía todo se ponía feo, muy feo.

Un día me grabaron y me vi. Ya me habían amenazado con ello. La vi, enfrente de mí. Era mi mala h..t.. Y ahí estaba yo,  enfadada, imponente e imponiendo.  El espejo me devolvió una imagen tan humana como impactante. No era para tanto (eso creía yo) pero no me gustó.

En esa imagen vi recuerdos de malas experiencias, y lo peor era que,  no me reconocía y no encontraba todas mis virtudes y habilidades. Huían.

El día que comencé a  aceptarme la vi de otra manera. Fue, es y será mi gran maestra. Mi mala h..t.. es pura energía que he aprendido a manejar conscientemente (la mayor parte de las veces, que una no es perfecta ni falta que hace).

A partir de ahí comencé a trabajar las emociones desde la perspectiva de la comunicación y, ¡voilá!!,  generé valor. Y es que TODOS sentimos emociones y ellas son las que influyen en nuestras acciones y resultados.

Y con mi mala h. me he ido paseando por entidades públicas y empresas privadas ante colectivos de lo más variopinto (colectivos en riesgo de exclusión social, directivos, parados, funcionarios, personal sanitario, ingenieros, autónomos…).

Me apasiona el mundo de la formación. Compartir tiempo, reflexiones y espacio con personas en estados diferentes me enriquece personal y profesionalmente.

Y claro, como formadora  y transmisora comunicativa no puedo olvidarme de trabajar mi capacidad de comunicación y gestión emocional. Todo formador, si quiere hacer bien su trabajo, debe hacerlo.

Ana “La Pelaya” está para ayudar a colegas, a profesionales del mundo de la comunicación (formadores, profesores, comunicadores, coach, etc.) a entrenar y desarrollar sus habilidades emocionales y comunicativas.  Porque “en agua estancada sólo crecen sabandijas”. Merece la pena invertir en ello.

Y dice La Pelaya: «La autoestima de tu empresa…»

Todos tenemos autoestima. Las empresas también. Ellas no hablan ni expresan explícitamente sus percepciones, opiniones o creencias pero eso no significa que no las tengan. Lo hacen de muchas otras maneras.

No olvidemos que las organizaciones están integradas por personas y, por lo tanto, son en muchos casos el reflejo de las mismas. Lo que opinan los profesionales de sus empresas influye en cómo hablan, o no, de ellas.

Hay personas que están orgullosas de sus empresas . Cualquier ocasión es buena para concretar en dónde trabajan y, a pesar de las debilidades o errores que se pueden cometer, se sienten identificados con la esencia de su organización. Se trata de entidades muy consientes de sus debilidades y fortalezas porque se conocen a sí mismas, son capaces de reconocer logros y resultados no deseados, confían en sus posibilidades, asumen riesgos y se responsabilizan de sus acciones. No son perfectas pero sí se acercan a lo que quieren ser ¿Sabes por qué? Porque saben lo que quieren ser. Además, aceptan los cambios con actitud positiva. Gestionan las emociones globales de forma adaptativa.

¿Comenten errores? Muchos. Pero saben que el error es el foco del aprendizaje. Una cosa es ser un error y otra cometer un error. Y lo saben.

Hay profesionales que se avergüenzan de sus empresas . No lo dicen explícitamente pero, si pueden, evitan pronunciar su nombre. El hecho de que sea una organización grande o conocida es indiferente. Da igual la inversión que se haya realizado en publicidad para reforzar su autoestima e imagen social; el profesional no conecta con ella. El sueldo y ciertas comodidades son los nexos de unión.

¿Por qué no se conecta? Hay muchos aspectos a tener en cuenta para dar respuesta acertada a esta cuestión. Uno de ellos: LOS VALORES.

Sí, ya sabes, los motivos más profundos  que tenemos para la acción. Todas las personas y todas las organizaciones tenemos objetivos (qué conseguir) y son muchos y muy variados los caminos que se pueden recorrer para conseguirlos. Los valores determinaran cómo conseguir el objetivo; son líneas rojas que se quieren respetar y son inspiraciones para la acción.

¿Alguna vez te has parado a observar y leer la página web de tu empresa? Echa un vistazo. Seguro que encuentras una pestaña que hace alusión a la misión, visión y valores de la organización. Pocos lo leen.

Esos principios deben de ser los que rijan las acciones, decisiones y omisiones de la praxis habitual. Debería ser así. Además, esos valores han de ir en la misma línea de los valores de sus profesionales porque, de lo contrario, se producirá el conflicto. Sí, aquí está un foco de conflicto.

La autoestima de la empresa, al igual que la de sus profesionales, ha de ser mimada y cuidada. De ella dependerán las decisiones y acciones organizacionales habituales. De estas últimas, surgirán las resultados.

Quienes dirigen y/o lideran la organización deben de ser consientes de cómo está la autoestima de su organización. No vaya a ser que estén echando órdagos con las cartas y actitud equivocada.

¿Cómo hacerlo? conectando o reconectando con los profesionales que integran su mundo organizacional. Invirtiendo tiempo y recursos para afianzar el compromiso que posibilita el desarrollo del valor y conectando emocionalmente con la familia profesional. Un buen profesional no sólo se mueve por un sueldo o condiciones económicas.

lallaveemocional.com

 

Y dice La Pelaya

Feliz año nuevo pelayos y pelayas!!!!!

Pues ya está. Ya estamos en 2020. Ya hemos dado la vuelta al sol y vuelta a empezar. Mucha gente quería que el año acabase cuanto antes. Ya lo ha hecho.

Ayer volvió a amanecer y seguramente pasamos el día con la resaca del adiós.

Hoy ha vuelto a amanecer y vemos el día con cara de sábado.

Y, mi pregunta es:

¿Qué pensarás tras el amanecer del lunes?, ¿Y del martes?, ¿Y del miércoles?…

Entiendo perfectamente a quienes tenían muchas ganas de darle una patada en el culo al 2020. Es fácil de comprender. Tan fácil como darse cuanta que de hoy, 2 de enero del 2021, poco ha cambiado por el mero hecho de cambiar de fecha. Y es que, por más que nos pese, gran parte de lo que nos sucede no es cuestión de calendario.

Nuestra vida está construida en base a hechos sobre los que no tenemos capacidad de control pero cimentada en nosotros mismos; nuestros valores, nuestra actitud, nuestra gestión emocional, nuestra resiliencia y capacidad de adaptación.  Y, no hay más vuelta de hoja ni de año que lo cambie.

Ya sabes que no me caracterizo por ser formalmente correcta ni tan siquiera sutil. No suelo usar ese tipo de cortesías para temas de superviviencia y desarrollo personal.  Me parece lo sufientemente importante y urgente espabilar y tomar conciencia de que el 2021 volverá a ser denostado si nosotros no tomamos las riendas de nuestra vida personal, profesional y social.

Por el mero hecho de que sea 2021 no significa que todo esté mejor, ni nosotros seamos mejores, ni los números hayan mejorado, ni nada de nada. Hoy pude ser exactamente igual que ayer y antesdeayer salvo que DE VERDAD nos enteremos de que somos nosotros la llave del cambio y debemos ponernos en acción para que eso ocurra.

Si quieres mejorar personalmente ponte las pilas, conécete y supérate.

Si quieres un ascenso, cambio o mejora profesiona,l asume el reto de que eso suceda y haz lo que sea necesario para hacer de tu objetivo una realidad.

Si quiere que la sociedad cambie, cambia tú.

Y todo ello pasa inevitablemente y sin posibilidad de atajos por APRENDER, CAMBIAR, ERRAR Y SUPERAR. 

¿Que te da pereza?

¿Que tienes miedo?

¿Que no te merece la pena?

¿Que da igual lo que hagas porque las cosas son como son?

Tú verás. Dale una vuelta al tema y si sigues pensando lo mismo échate a un lado y deja que el resto lo haga. Pero no seas problema para ello.

Que tienes tantas dudas como ganas, pues SALTA y date la oportunidad de ser más feliz.  De hecho no hay mejor fórmula para la evolución social; si todo el mundo es un poco más féliz no va a tener ganas de hacer daño a los demás.

Date la oportunidad de crecer, de ser tu mejor versión, de vivir y no sólo existir, de equivocarte y reír, de ser tu propia llave y de ser llave para los demás.

Honremos a la vida, a los que no pudieron o no pueden, a los que nos necesitan y a los que necesitamos. Honrémonos y demos sentido a lo que somos y hacemos.

Y aquí La Pelaya está inmersa en numerosos proyectos. Y no, no soy una super ejecutiva que maneja cuentas de ceros incalculables pero al final y al cabo son MIS proyectos. Esos que pueden cambiar mi vida y quien sabe si la vida de los demás. De momento te contaré algún proyecto para hoy:

  • Sonreír más.
  • Quejarme menos.
  • Poner lavadora.
  • Escribir este post.
  • Planificar ( a groso modo) el final de una formación del lunes.
  • «Limpiar» el ordenador.
  • «Rezar» por los peluqueros que van a osar cortar el pelo a mis hijos.
  • Decirle a mis padres que les quiero.
  • Vaguear

UpsssNo sé si me dará tiempo a todo. Tengo a mi tribu en casa conmigo y, por la cuenta que me trae, requiere atención. Igual rezo mientras pongo la lavadora, no me quejo mientras limpio el ordenador y sonrío mientras escribo este post. Y, el sentido del humor (ya sabes, el de la cuadrilla de la alegría) que no falte.

¿Qué harás tú en 2021?

¿Qué harás tú hoy?

Hagas lo que hagas recuerda que #lallaveerestúconacentoenlaú

Se os quiere y todo.

 

 

Y dice La Pelaya: Te voy a hacer una proposición

No, no es una proposición indecente. Bueno, no sé lo que consideras tú «indecente» porque hay quien cree que aprender y superarse roza lo no decente. Sobre todo,  cuando eso implica  cambios y falta de pudor para afrontar algunos retos.

La cuestión es que tengo una propuesta-reto para toda aquella persona que quiera desarrollar sus habilidades interpersonales para comunicarse eficazmente. Tanto en el ámbito personal como profesional la comunicación es una herramienta esencial para lograr paz o guerra, superación o estancamiento, actividad o inactividad, solución o problema, amor o desamor, entendimiento o conflicto.

Si eres un profesional con la necesidad y el deseo de relacionarte más eficazmente, esta es tu formación.

Si eres un persona que necesita desarrollar sus habilidades interpersonales para mejorar las relaciones esta es tu formación.

En ambos casos, la formación se ajusta a las necesidades y expectativas.

«La palabra y la emoción se unen para generar conexión»

 

En este vídeo te lo cuento un poco mejor.

 

 

Y, en este enlace encontrarás más información: https://wp.me/Pa3bRM-h8 (enlace de mi página web lallaveemocional.com).

Y, como creo que con el vídeo y la explicación escrita es suficiente para que te hagas una idea sobre la propuesta sólo me quedan dos cosas por hacer:

A) 2 Recuerdas:

«En agua estancada sólo crecen sabandijas».

«lallaveerestúconacentoenlaú»

B) 1 Deseo:

Tanto si estás de puente como si no, que tengas un estupendo día.

La Pelaya te habla de la v

Hola!, ¿Cómo estás?. Servidora, La Pelaya, bastante animada y sobre todo convencida del impacto del Método LLave.

Ya hemos hablado sobre la importancia de «LLamarnos por nuestro nombre» (LL).

Ya hemos comentado sobre la necesidad de «averiguar» el mensaje que nos traen nuestras emociones y estados emocionales (A).

Y hoy hablaremos del impacto de las visualizaciones: » Visualiza tu objetivo personal y/o profesional y emocional» (V).

La visualizaciones no son cuentos imaginarios, no necesariamente. Las visualizaciones son bocetos de realidad. A través de las visualizaciones entrenamos la mente. Imaginarte dando el salto que deseas te ayuda a:

  • Visualizar tu éxito.
  • Desarrollar una red neuronal que favorezca la consecución de tu objetivo.
  • Te prepara mentalmente para el reto que decidas asumir.
  • Es una buena forma de identificar pensamientos que te ayudan, desechar aquellos que te limitan inncecesarimente y generar nuevas perspectivas mentales que no habías contemplado.

Todas estas y muchas más son las bondades de un ejercicio tan potente como accesible. Se trata de entrenar nuestra mente para favorecer que desarrollemos destrezas  intelectuales y físicas. ¿Por qué crees que gran parte de los atletas o resto de profesionales de éxito utilizan sus visualizaciones y entrenan su mente?.  Y no, no es porque lea han patrocinado para que lo digan. Saben de la importancia de hacerlo.

Creo, que por   experiencia  propia ya sabemos lo que es afrontar una tarea o decisión cuando nuestra mente no está por la labor. Si no quiere subirse a la bici, no vamos a pedalear y como a alguien se le ocurra empujarnos ya sabemos lo que va a pasar.

Así que, ya sabes, visualiza tu éxito. Sea cuál sea tu objetivo convéncete del impacto positivo de las visualizaciones, recrea en tu imaginación escenas y ambientes  lo más detalladas posibles y repite, repite y repite hasta que la realidad se confunda con tu imaginación.

Además, quiero pedirte algo. Visualiza también tu objetivo emocional. Pase lo que pase con tu salto ¿Cómo te sentirás?.

Hoy, al volver a casa, pase lo que pase ¿Cómo te quieres sentir?. Pues, actúa en consecuencia. Funciona.

 

¿Qué opinas?

Siempre #lallaveerestúconacentoenlaú

Buen día.

La Pelaya

 

La Pelaya te habla de la a

Ayer ya vimos la importancia de llamarnos por nuestros nombre. Hacerlo, es el mejor punto de partida para saltar y avanzar.

Hoy, hablamos de la a. ¿A qué te invita la a? a AVERIGUAR. En concreto, a investigar y conocer el mensaje secreto de tus estados emocionales. Las emociones son chivatas. Nos quieren avisar de algo. En tu vida cotidiana tanto personal como profesional es común sentir muchas emociones. La clave está en la predominancia de ellas.  Cuando piensas en dar el paso, en saltar ¿qué sientes?, ¿cómo influye en ti y en tus actos lo que sientes?, ¿qué pensamientos te vienen a la cabeza?. Ahí hay pistas querido investigador.

Si cuando pienso en seguir adelante con un proyecto o cambio personal o profesional y aparece el miedo he de averiguar de qué me quiere avisar ese miedo. Posibilidades:

  • Que el miedo me quiera dar prudencia para pensar detenidamente en la decisión que voy a tomar. Eso está muy bien ¿no crees?. Entonces, tendré pensamientos tales como » Este asunto en concreto he de darle una vuelta…», «Voy a revisar esto…».
  • Que el miedo nos quiera sabotear. Ya sabes que el cerebro no es el mejor amigo de los cambios. Salvo los imprescindibles, le parecen un gasto innecesario de energía. Nuestro cerebro está más por la labor de «Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer». Es nuestra misión conocer y entrenar el funcionamiento de nuestra cerebro. En esta situación el miedo genera pensamientos tales como «Ya verás, no va a salir bien», «No te metas en líos», «No eres suficientemente bueno para ello», «No lo mereces»…Esto, más que pensamientos son sentencias y poco sirven para evolucionar. Más bien nos «encierran» en perspectivas y situaciones limitadas.
  • Que el miedo nos esté avisando de algún peligro real e inminente que puede suceder.
  • Que el miedo aparezca  «sin Ton ni Son» porque en tu vida siempre lo hace. Tanto es así, que acabas tomando decisiones más por miedo que por ilusión o ganas. Al final, poco avanzarás.

La cuestión es que las emociones y los estados emocionales siempre nos avisan de algo. Hacerles caso, conocer su mensaje y gestionar las emociones es fundamental antes, durante y después del salto. De ello depende, muchas veces, el resultado del mismo.

La curiosidad nos permite averiguar para qué saltar, cómo hacerlo y qué hacer para solventar los obstáculos.

Averigua qué necesitas para dar el salto. Ya verás como, principalmente,  son recursos emocionales.

Averigua qué sientes ante el salto, gestiónalo y salta.

Yo ya salté y sigo preparando saltos.

Lo que ya no tienes que averiguar es que #lallaveerestúconacentoenlaú.

 

Que tengas un buen día.

La Pelaya te habla de la LL

Hola! ¿Cómo estás?, ¿Quieres saltar? Ya sabes a lo que me refiero. Quizás lleves tiempo con un necesidad interior de hacer cambios personales y/o profesionales. A eso le llamo saltar. Cruzar de un sitio actual a otro deseado; cambiar.

Es probable que tengas un proyecto en la cabeza, un deseo o una inquietud que poner en marcha. Y no sabes cómo empezar. Te diré cómo. Bueno, el Método LLave lo hará.

Hoy te presento a la LL. La LL te invita, sugiere e incluso te pide que TE LLAMES POR TU NOMBRE. No es broma. LLamarte por tu nombre no se refiere a dar tus datos personales. LLamarte por tu nombre hace referencia a lo siguiente:

  • Amigo/a mía, si alguien de verdad quiere saltar con mayores garantías de éxito ha de conococerse a sí mismo personal y profesionalmente. Muchas personas creen que se conocen pero luego se sorprenden con el feedback que les dan los demás. Algo no encaja.
  • LLamarse por el nombre implica conocer fortalezas y áreas de mejora REALES; cuanto más concretas sean, mucho mejor. Por lo tanto, cuando nos llamamos por el nombre lo hacemos basándonos en el presente y en la subjetividad más objetiva que podemos. Eso nos ayudará a evitar llamarnos por el nombre que nos gustaría tener. Esto suele ser bastante común, ¿no crees?.
  • Con respecto al salto que deseas dar, ¿tiendes a rodearte de personas fuga o tiendes a rodearte de personas fuelle?. Como podrás intuir las personas fuga son aquellas que perciben el mundo y sus posibilidades desde una perspectiva determinista; «Soy lo que soy y llego hasta donde llego», «El mundo es así,  qué le vamos a hacer», «El éxito sólo es para unos pocos entre lo cuáles ni estás tú ni estoy yo». ¡Qué bien suena, eh! Las personas fuelle nos motivan a superarnos, a evolucionar. Creen que la vida se puede construir y merece la pena el esfuerzo. El éxito no es asunto de unos pocos; el éxito también puede ser tu presente y tu futuro. Las personas fuelle son conscientes de las limitaciones y obstáculos pero también de las posibilidades de mejora. Estar cerca de ellas es toda inspiración; hasta cuando nos dan «collejas».
  • ¿EN QUÉ ERES LLAVE?, ¿Cuál es tu aportación de valor?. Si quieres dar el salto y aún no lo sabes esa ha de ser tu prioridad. Todos somos llave en algo. La clave está en saber en qué, querer ejercer de llave y trabajar para mantener en óptimo estado esa llave. Escribir sobre ello ayuda. Preguntar al entorno en qué eres llave, también.

Todo aquel profesional que quiera dar una propuesta de valor al mundo ha de saber e interiorirzar (creérselo) en qué es llave para los demás.  De lo contrario, pocas puertas abrirá.

Sí, lo se. Este es un resumen muy resumido de la LL del Método LLave. Si quieres saber más o hacer alguna consulta personas sobre ello sólo has de escribirme a ana@lallaveemocional.com.

Mañana seguiremos con la A. Te va a interesar.

Y recuerda que, pase lo que pase, #lallaverestúconacentoenlaú.

Y dice La Pelaya que ella también es buena profesional

“Eres de las normales” me dijo mi hijo Jon ayer cuando intentaba finalizar con éxito mi ocurrencia de bañarlos a los tres a la vez. Eso me pasa por preguntar. Después de indagar sobre mis defectos y virtudes como madre y  descartar opciones como comprar más regalos encontré un área de mejora a tener en cuenta. “Aunque la mayor parte de las veces mantienes la calma, hay veces que no” me dijeron los dos hermanos. Menos mal que Malen sólo tiene un año y aún no cuenta como jurado. El caso es que acordamos nuevas pautas de actuación para que esta humilde madre  mantenga más y mejor la calma. De momento parecen funcionar aunque, todo hay que decirlo, estamos en la “exaltación” de la intención. Veremos cómo va el tema.

¿Para qué te cuento esto? Pues, para decirte  que esta semana tengo un regalo para ti. La falta de tiempo y, por qué no reconocerlo, cierta procrastinación en la participación activa en las redes  hace que no me asome demasiado por estos lares. Y, además de  madre de familia numerosa también soy una profesional en propósito de enmienda con la red.

Creo que tengo mucho recorrido de mejora pero sé que cada día  hago mejor mi trabajo. Lo sé porque lo siento. Lo sé porque me lo dicen. Lo sé porque tengo claro que un buen profesional no ha de tener miedo al salto. Saltar puede ser aprender, promocionar, ampliar o cambiar de trabajo. Saltar es decidir acercarte al objetivo. Y, por eso, voy a compartir con todo aquel que lo quiera conocer un cachito de mi método. El Método Llave. A mí y a muchos profesionales les ha servido de ayuda.  Espero que a ti también. Cada día de esta semana compartiré una parte del método. ¿Para qué? Para convencerte de que pase lo que pase, sea lo que sea #lallaverestúconacentoenlaú.

Y antes de empezar me gustaría preguntarte algo: ¿Eres un profesional impostor?. Tanto si lo crees como si no, estás en lo cierto. La clave está en que elijas la opción que más ÚTIL te resulte. Sentirse un poco impostor siempre viene bien (sentirse no es ser). Ya sabes, en su justa medida, es como el miedo, nos da prudencia y nos invita a aprender y evolucionar. El problema viene cuando nos pasamos de dosis y nos acabamos identificando con un impostor de manual que no va ni para adelante ni para atrás.

Nadie es impostor por desear cambiar y mejorar.

Nadie es un impostor por querer generar valor.

Nadie es un impostor por tener una forma diferente de hacer las cosas.

Nadie es impostor por querer ser y pertenecer.

Los impostores no generan valor ni evolucionan.

Así que si te ronda la cabeza hacer cambios, saltar y evolucionar, que sepas que no eres un impostor; eres una apuesta segura porque #lallaverestúconacentoenlaú.

Buen día.

La Pelaya quier ser mejor profesional. 

 

Me engañas, cerebro

Ya  empieza a no colar. Son muchos años los que vengo entrenando como para que nada ni nadie me adelante por la derecha. Aún así, he estado a muy poquito de dejarme llevar.

Me quieres engañar, quieres que piense mal. No lo estás pasando bien y te quieres desahogar.

Ya lo estudié. En alguna formación ya me contaron que funcionabas así. No me lo tomo como nada personal; sé que en mayor o menor medida todos andamos igual. Estás ahí para eso; para cuidarme y protegerme. Como si fueses un padre temeroso y cascarrabias tratas de evitarme y evitarte sufrimientos.

¿De qué me has de proteger? De la vida, pensarás.  Sí, la vida conlleva muchos peligros pero precisamente no son los que tú crees. Peligroso es no vivir. Peligroso es tener más miedo que ilusión. Peligroso es todo aquello que nos impide adaptarnos, aprender y mejorar. Y, reconócelo; te has quedado un poco anticuado. Me ayudas a subsistir (y, te lo agradezco) pero tienes demasiado miedo a dejarme volar sola.

Te han enseñado a ahorrar, sólo así estás tranquilo. Y tratas de inculcarme los mismos valores que a ti te han servido. Gracias. Los tengo en cuenta.

Ahora, que ya te conozco bien, te pido que tú también me tengas en cuenta a mi. Quiero que seas mi aliado. Llevo tiempo preparándote para ello; ya has hecho muchas cosas de forma diferente a la que te hubiera gustado. Has visto que no pasa nada. Has comprobado que todo va bien. Te estás redescubriendo. Tú también estás en tu propio proceso de crecimiento. Tu parte más joven te está enseñando; tu parte más antigua te está protegiendo. No hay nada que temer.

Esto del confinamiento nos ha puesto a prueba. Nos ha acelerado. Hay días en los que necesitas dar rienda suelta a mis emociones y ponerme en lo peor.  Es tanta la incertidumbre, tan intenso el miedo y tan insistente la tristeza que es fácil caer.

Pero, cerebro. Ya sabemos que así nada va ni irá bien. No te dejes llevar por los viejos hábitos, no me quieras engañar.

Ha llegado el momento, la gran oportunidad de demostrar que cada vez soy mejor. Prometo tratarte bien; darte una mejor alimentación, oxigenarte, evitarte información innecesaria. Y tú, pónmelo más fácil, sólo un poco más.

Por la noche, cuando organices acontecimientos y pensamientos recuerda que sólo nos sirve lo que suma, lo útil. Tenemos que hacer limpieza en la azotea; está sobrecargada.

Somos amigos, debemos llevarnos bien pero, no olvides que soy yo la que mando. Yo elijo.

Ayúdame a ser más libre.

 

Después también es hoy

Hay una parte de mi que está encontrando mucho bienestar en el confinamiento; tiempo para estar con mis hijos, mucha reflexión y pocas prisas y tengo todo lo que necesito materialmente hablando. Creo que estoy viviendo el presente e ilusionando el futuro; me gusta. Es probable que el día antes de que todo esto acabe más de uno y más de dos tengamos cierta pena porque así sea y cuando volvamos a la rutina tengamos nostalgia de los días de recogimiento. Así somos los seres humanos.

Mientras tanto disfrutemos (cuanto y como podamos) los momentos positivos que nos da el confinamiento y aprendamos todo lo que podamos de las partes más duras y dolorosas.

LLegará el día en que salgamos de nuestras casa y sintamos cierta desprotección; después de todo ya no nos cobijan las cuatro pareces, todo vuelve a iniciarse o reiniciarse y hemos de coger ritmo. Y lo haremos, claro que lo haremos. ¿Cómo lo haremos? Pues eso depende de cada uno de nosotros. Aunque en algunos casos el margen de elección y maniobra pueda ser reducido SEGUIMOS SIENDO LIBRES y en teoría con alguna lección más aprendida. Pues pongámosla en práctica.  Demostrémonos y demostremos al mundo que somos dignos de él y que sabemos hacer mejor las cosas. ¿Nos queremos?, ¿Queremos a nuestros hijos? Pues de verdad demostrémoslo y demos un plus de humanidad, consciencia y responsabilidad a todo lo que hagamos y decidamos.

Leer, dar un like o recomendar es grato para quien lo hace y para quien lo recibe pero bueno….no es más que eso. Eso es fácil.

Estos días las redes están que arden; nos movemos buscando distracción, información, alivio, desahogarnos o encontrar posibilidades profesionales.  El Coronavirus no ha dejado ni dejará indiferente a nadie y nos tocará (ya lo está haciendo) las emociones, la salud y el bolsillo. Parece la receta perfecta para dejarnos KO; lo que más nos duele es lo que más vamos a tener que tocar, replantear e incluso modificar.

Pero, para de verdad salir reforzados de esta crisis, para superarla con el menor número de dolores posibles hay que «arremangarse» y ponernos manos a la obra. Tocar las teclas del ordenador cual juez lanzando veredictos no nos puede hacer creer que somos capaces de todo. Ni mucho menos.

Esto, si de verdad se quiere arreglar, no se hace desde un like, ni siquiera desde una pantalla de ordenador. El germen, la semilla que ha de florecer más fuerte y hermosa sólo puede ser plantada y cuidada por el ser humano y entre seres humanos. Porque detrás de un contacto físico, un espacio compartido, una mirada, un gesto, un silencio, un abrazo o un apretón de manos se sabe de verdad cuáles son las verdaderas intenciones.  La tecnología es un medio que  apoya, como no, y  permite que las  intenciones que conviertan en realidad.

Estés en la situación que estés (desempleado, trabajador por cuenta ajena, empleador, autónomo, gestor CEO de hogar, etc)  mírate y déjate mirar; no lo hagas todo por la red, acércate al otro y demuestra tus intenciones. A partir de ahí es cuando vamos a reconstruir y construir nuevas redes que nos permitan pescar más y mejor.

Esta situación que vivimos nos está demostrando qué manda y a quién debemos prestarle más atención. Debemos de poner en el foco más en el cómo que en el qué. Si queremos ser mejores e incluso conseguir más cosas está bien, hagámoslo, pero cuidando mucho el cómo lo hacemos.  No todo vale ni para nosotros ni para los demás; quien no entre a ello tarde o temprano se verá apartado tanto en el ámbito social como en el económico.

Escucho y leo atentamente las impresiones de numerosos expertos en áreas tan diversas como la economía, el ecologismo, la filosofía, la tecnología, la medicina…y, verdaderamente nadie sabe cómo va a reaccionar el mundo después de todo esto. No hay precedes similares a los que agarrarse para prever pero sí hay algo que todos comparten; es el ser humano (tú y yo) quienes serán la llave que abra o cierre la puerta de la solución.  

Por ejemplo, se me ocurre que, desde el confinamiento podemos;

  • Saludar amablemente a los vecinos y preguntarles cómo están o si necesitan algo.
  • Ayudar (poniéndolo en conocimiento de quien sea competente) a aquellas personas (niños y mayores) que sufren dentro de su hogar. No nos hagamos los tontos, que oír seguimos oyendo.  Tengo la sensación de que el Coronavirus nos ha mandado la mascarillas para que nos callemos un poco y aprendamos a escuchar y actuar. Este mundo es el de los valientes, el de aquellas personas que se han dado cuenta de que no pueden girar la cara y taparse los oídos frente al sufrimiento ajeno. Sí se puede, hay que hacer.
  • Pagar, pagar y pagar impuestos sin clamar al cielo y despotricar. Está bien auditar e incluso discrepar con  el cómo se gestionan pero dejémonos de quejas que es muy, muy cansino.
  • Hacer caso de lo único que se nos pide; quedarnos en casa.

De uno en uno se hace un millar, un millón y los miles de millones que estamos. De uno en uno ha de partir la solución. Es verdad que las decisiones de unos tienen más impacto que las decisiones de otros. Entre todos habrá que velar para que quienes decidan lo hagan lo mejor posible mientras cada uno de nosotros ejercitamos la coherencia y eso implica echarle un par.

#lallaveerestú#